La Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis celebró ayer, en solemne Sesión Pública, la entrega del retrato del que fuera su miembro fundador, Ilmo. Sr. D. Juan Martín de Goicoechea y Galarza, obra realizada por la artista y académica correspondiente, Ilma. Sra. Dª. Esperanza Altuzarra Sierra, y cuyo retrato ha entrado a formar parte de la galería de Presidentes de la Real Academia.

El Ilmo. Sr. D. Juan Martín de Goicoechea y Galarza nació en Bacaicoa (Navarra), el 2 de noviembre de 1732, y falleció en Zaragoza el 4 de abril de 1806, recibiendo cristiana sepultura bajo el Santo Cristo de la Sala de Oración de la Catedral de El Pilar. Casado con Doña María Manuela de Goicoechea y Echenique (1740-1798), su prima segunda, de cuyo matrimonio no hubo sucesión, fue agraciado en 1798 con la cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III.

Infanzón, comerciante, amigo y protector de Francisco de Goya y Lucientes, de los tres hermanos Bayeu y Subías, y de otros artistas, este insigne mecenas dotó económicamente, mantuvo a sus expensas y donó a la Escuela de Dibujo de Zaragoza, creada el 19 de septiembre de 1784 por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, toda suerte de láminas, esculturas y medios didácticos, organizando sus clases, y adaptando sus aulas en la Casa de la Infanta, de Zaragoza, primero, y en el antiguo Seminario de San Carlos Borroneo, de la Compañía de Jesús, en la Zaragoza plaza del Reino, a partir de 1791, donde permanecería hasta 1909, en que se trasladaría a su actual sede en el Museo de Zaragoza.

Carlos IV, en reconocimiento a su extraordinaria labor de mecenazgo, manifestó en el Título IV, 2, de sus Estatutos, aprobados por real orden de 18 de noviembre de 1792, refrendados por el Primer Secretario de Estado, Excmo. Señor Don Manuel Godoy y Álvarez de Faria (1767-1851), que en atención al ‘Notorio mérito del Socio D. Juan Martín de Goicoechea, Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III; por sus grandes servicios al Público en favor de este importante establecimiento, es mi voluntad que sea Vice-Presidente de él mientras viviese y que en las cosas, y casos que previenen estos Estatutos tenga voto de Calidad’.

Si bien Goicoechea no ostentó el cargo de presidente, su actuación en los inicios de la docta institución, de la que fue nombrado vicepresidente vitalicio, como indicó Carlos IV, fue fundamental y, sin su apoyo decidido, no hubiera sido posible la consolidación de un proyecto que, actualmente, pretende vincularse de nuevo a la promoción del conocimiento y el desarrollo de la cultura en la ciudad de Zaragoza y en el conjunto de Aragón.